miércoles, 25 de julio de 2012

Amigos


    Coloridos trazos en
    el lienzo del tiempo
    se funden de lejos 
    mostrándose esencia
    se definen de cerca
    acusando presencia.

    Distantes o en yunta
    dibujan caminos,
    mas siempre aunados
    se encuentran sus sinos.
   
    Vidas de época,
    esencias de esencia
    nacen y mueren
    distantes estrellas

    unidos por tiempo,
    unidos por sueños
    pasan hermanos
    por esta existencia
   
    No es coincidencia
    que vivamos ahora
    compartamos el tiempo
    compartamos las horas

    nacidos del éxtasis
    viviendo en locura
     de solo el abrazo
    se conoce la cura.

    Vivamos entonces
    en estos caminos
    felices por contar
    con nuestros amigos

    dibujemos con sangre
    a los siglos siguientes
    que solo el amor
    salva a la gente.
   


Recuerdos de mi muerte


    Era una hermoso atardecer a fines de verano.
    Las pocas nubes brillaban doradas sobre el cielo que manchaba de sangre el seco paisaje.
El profundo silencio dejaba escuchar las volutas de vapor que trepaban por el aire distorsionándolo todo.

    Ese aire con gusto a fuego, ese fuego que lleva todo al principio, que lleva todo a la nada.
Entre el sol mortecino y la tenue luna se colaban los crepitantes sonidos de llamas. Llamas hambrientas, ávidas de existencia. Llamas que reclamaban para el suelo mi tierra y para mi tierra mi esencia.

    Se fundían mi corazón y mi mente, trayendo, finalmente, la tregua entre mi cuerpo y mi espíritu. Salvándome así de llegar al cielo, salvándome así de quedar en la tierra. Entregándome por completo a la ceniza, entregando mi esencia al todo, existiendo solo para acariciar en el agua, sentir en la tierra y susurrar en el viento.
   
    Solo existe en mi, ahora, la máxima que rigió mi existencia “Que la muerte te encuentre siguiendo tus sueños, que es la única forma en que la vida tiene sentido”.