Sombras proyectadas;
cadenas ilusorias:
las manos atadas,
las alas plegadas,
el alma postrada.
Ecos de verdades,
resonando en el olvido.
Esculturas de humo,
sobre altares de carton.
Sombras proyectadas;
espejos de colores,
luces de ocasión.
Ciegos velos,
solubles en dolor;
ojos esquivos,
espejos rotos.
La sonrisa del niño y
los sueños del hombre,
entre sacrificios y ofrendas.
Yo: verdugo extraordinario.
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